¿Dudas de tus éxitos en el trabajo? Aunque sabes lo suficiente para ser pro en materia, existe una parte de ti que cree que tus logros se deben a un golpe de suerte… Esta es la base del síndrome del impostor.
¿Conoces este término? Bueno, de entrada te decimos que no eres una rara avis, sino que esta sensación es mucho más común de lo que crees. Y deriva de no creer que somos lo suficiente capaces en lo que hacemos.
Así que, te invitamos a seguir leyendo, porque en este artículo no solo te explicaremos qué es el síndrome del impostor, sino que te daremos 8 consejos para no sufrirlo en el trabajo y que aceptes esos aplausos merecidos. ¡Comenzamos!
Contenido
¿Qué es el síndrome del impostor?
El síndrome del impostor, síndrome de fraude o IS, es un trastorno de la propiocepción que se caracteriza por no sentir que se «está a la altura» en determinadas áreas. Es más común de lo que se cree y lo padecen tanto mujeres como hombres.
La sensación constante que tienen los que sufren de este síndrome es que los éxitos profesionales son cuestión de suerte, pero creen que en algún momento serán descubiertos y eso les genera un miedo constante al fracaso.
Las personas con el síndrome del impostor creen que han engañado a los demás con su aparente inteligencia. Esta idea de mentir a los demás sobre su propia inteligencia, nubla su percepción personal. Además de generar estrés laboral frente a gente que consideran «brillante», pueden incluso provocar un autosabotaje.
¿Por qué surge el síndrome del impostor?
No sé sabe a ciencia cierta qué factores causan el síndrome del impostor, pero se ha observado que influyen ciertos patrones como los siguientes:
- Dinámicas de comparación en la familia. Resulta que se le ha puesto más atención a tu hermano mayor y se le han festejado sus logros, lo cual le ha dado el «rol del inteligente» y es común que se comparen los logros. Pero al ser dos personas distintas, los resultados son diferentes, lo que te puede hacer sentir que eres la oveja negra de la casa.
- Diferencias en los salarios. Esto sucede mucho en los trabajos y merma en la autoestima de las personas. ¿Por qué hay dos personas percibiendo distintos sueldos, realizando el mismo trabajo? Esta desigualdad genera que la persona con IS sienta que sus éxitos son menores.
- Miedo al fracaso. Los niveles altos de autoexigencia no siempre derivan en factores positivos. En algunos casos, las personas no tienen hábitos saludables en el trabajo y sienten que nunca llegarán al nivel que los demás esperan de él o ella. Por tanto, se desarrolla el síndrome del impostor creyendo que en algún momento fracasará y será descubierto.
- Percepción del éxito. La definición del éxito es algo personal y relativo. La persona con este trastorno lo sitúa en un lugar inalcanzable. Por tanto, tendrá la idea fija de que nada de lo que haga es suficiente, aunque los demás aplaudan sus logros.
- Desigualdad de género. Así como las diferencias salariales, la situación de machismo en los trabajos genera una exigencia enorme sobre las mujeres. La falta de habilidades blandas de algunos jefes atribuyen sus éxitos a una cuestión de suerte, lo cual desvaloriza todo éxito posible y las personas afectadas terminan por creerlo.
8 consejos para superar el síndrome del impostor y triunfar en el trabajo
Más allá de definir qué es el síndrome del impostor y sus principales causantes, para nosotros es importante dar algunos consejos que te ayudarán a erradicarlo. Desempeñarse bien en el trabajo es importante, pero eso no significa padecer a diario cargas enormes de estrés.
Por eso, toma nota de los siguientes tips. Quizá no llegas al punto de nombrarlo síndrome del impostor, sin embargo, si sientes que estás al borde, te diremos cómo evitarlo. ¡Sigue leyendo!
1. Confía en tu desempeño
Como clave número uno para deshacerte del síndrome del impostor es que confíes en tu desempeño. Has trabajado duro para mejorar tu curriculum y tienes una trayectoria interesante:
- Has estudiado por años.
- Te han premiado por distintos logros.
- Has desarrollado aptitudes importantes.
- Te mudaste a otro país.
- Has superado grandes retos en tu vida.
Pero ¿aún tienes dudas cuando te dicen que tu desempeño está muy bien? Confía en el camino, cree y valora que las tareas que has hecho le dan un toque personal que nadie las podría haber hecho mejor.
No está mal ver los errores que cometes en el trabajo, al final, ayudan a mejorar. Pero caer en el extremo y no admitir que lo has hecho lo mejor posible puede fomentar el síndrome del fraude.
2. Acepta los elogios y reconocimientos
Uno de los incentivos más importantes en un trabajo es que los demás reconozcan nuestros logros. Al sufrir del síndrome del impostor, la capacidad de recibir elogios se imposibilita.
Es importante darte cuenta si eres una de esas personas que, aunque les digan que todo está más que perfecto, no lo creen. ¡Aprende a aceptar los elogios! Haz un autoanálisis y, si crees que diste lo mejor de ti, entonces apláudete. En esta medida serás más feliz con lo que haces.
3. Reconoce que lo has hecho muy bien
Seguido del punto anterior, no solo es importante el reconocimiento de los otros. Lo más importante es que tú mismo aceptes ese triunfo y lo puedas gozar.
Todas las personas nos movemos incentivados por objetivos que cumplir. Y, al hacerlo, sentimos una enorme satisfacción por concretar. Así que, reconoce cuando has llegado a la meta y, por qué no, ¡festéjalo a lo grande!
4. Corre riesgos laborales
Para crecer hay que tomar riesgos. Las personas que padecen el síndrome del impostor, en el fondo, sienten miedo. Y, como cuando eras pequeño, la mejor forma de desaparecer el monstruo bajo la cama era mirando, pues en este caso es igual: arriésgate.
Olvídate de la idea de que los demás esperan algo de ti y busca ser auténtico. Apuéstale a proponer ideas nuevas en el trabajo. En esa medida, sentirás que mereces los reconocimientos. Pero no solo eso: crecerás en tu trabajo y destacarás en todo aquello que te propongas.
5. Pide incentivos en tu trabajo
Aunque el dinero que ganas te sirve para pagar cuentas y gozar de la vida, como ahorrar para viajes. Entonces, si crees que los has hecho bien y necesitas un descanso, pero sin tener que renunciar a tu trabajo, puedes pedir un aumento o días libres.
Es importante pedir retribuciones que nos permitan ver nuestro valor profesional. De esta manera, además de tener compensaciones por nuestro desempeño, dejaremos de un lado la duda y nos sentiremos satisfechos con las metas que hemos logrado laboralmente.
6. Confía en lo que haces y disfruta
Llega un punto en el que hemos sudado la gota fría, hemos bajado muchos balones y metido muchos goles a la cesta… Ahora corresponde disfrutar del trabajo, de ver en perspectiva lo mucho que se ha logrado y sentirse satisfecho.
No por nada llevas tanto tiempo en la misma empresa. Eso es porque tus empleadores se han dado cuenta de tu valor personal y profesional. Así que, siente la confianza de que estás haciendo las cosas bien, porque las estás haciendo.
7. Recuerda que tu valor es único
Al principio hablábamos sobre algunas posibles causas que provocan el síndrome del impostor, y una de ellas eran las comparaciones —quizá a nivel inconsciente— que a veces se suscitan con los padres de familia.
En realidad, resulta absurdo pretender que dos personas distintas logren las mismas cosas. Las diferencias y la diversidad enriquecen al mundo, así que, abraza los aspectos que te hacen único/a y aprécialos.
Al final, esto será el ingrediente extra que aportes en tu trabajo y te dé un valor diferencial.
8. Suelta los altos estándares de autoexigencia
Un punto importantísimo, y que no queremos dejar de lado, tiene que ver con la autoexigencia. Si bien es importante avanzar, crecer y desempeñarse cada vez mejor, tenemos que ser cuidadosos de no colocarnos «la vara tan alta».
A lo que queremos llegar es que la autoexigencia sin límites puede desencadenar en una insatisfacción perpetua e impedirte ver cuando has llegado a tus metas. O peor aún, que no seas capaz de disfrutarlas.
Ponte retos a corto y mediano plazo y que sean factibles, pero además de esto, aprende a reconocerte cada vez que los concretes y prémiate. Reconoce tus aciertos, ¿quién mejor que tú para abrazar tus propios logros?
Es importante este punto, y debes recordarlo siempre, así evitarás un trastorno como el síndrome del impostor e impedir que no puedas disfrutar tu propia felicidad.
Esperamos que estos consejos te sirvan de mucho. Y no nada más a nivel laboral, es importante que en tu vida diaria seas más amable contigo mismo y crees espacio para adoptar hábitos de vida saludables. En esta medida podrás reconocer las bondades que los demás tienen también para ofrecerte. ✅
¡Nos leemos pronto!
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