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Estilo de Vida | By Josean | junio 21, 2019

Compartir PisoBeneficios, consejos y compañeros

De seguro has visto alguna serie o peli en la que los protagonistas comparten piso. ¿Te suena Friends, How I met your mother o ‘La casa de papel’ (bueno, estos últimos convivían para aprender a robar la Fábrica de Moneda)? Si compartir piso te ronda la cabeza como a todos estos personajes, por necesidad o deseo, ya sea con tus amigos, pareja, conocidos o desconocidos, esta guía es para ti (te vendrá muy bien).

A pesar de que existe la mentalidad de que compartir piso es negativo y que merodea el mito de que es solo para estudiantes, la realidad es que cualquier persona podría hacerlo. Nadie dice que encontrar un piso que encaje con tus necesidades y estilo de vida sea sencillo. Tampoco, que la convivencia siempre sea fácil. Pero, compartir piso no tiene que suponer una tortura ni una tragedia.

Hay formas de encontrar piso que no te serán un dolor de cabeza. Además, es muy, pero que muy posible compartir piso, pasarlo bien y no fracasar en el intento. Con esta guía encontrarás el piso y el compañero perfecto. Mentira, nunca lo son. ¡No existen! Más bien, te decimos por qué y cómo puede ser una súper oportunidad.

Razones y beneficios de compartir piso

Razones y beneficios de compartir piso

La verdad es que a veces no queda de otra más que compartir piso. En las grandes ciudades, sobre todo, el precio de la vivienda y alquiler suele ser muy caro. Por eso, se trata de una práctica muy común. Muchos estudiantes y jóvenes profesionales comparten piso para reducir gastos, ahorrar y tener un poco más de dinero. También, existe un perfil de propietarios o inquilinos que opta por compartir piso para tener compañía, conocer gente o, simplemente, salir de su zona de confort.

Aunque la convivencia bajo un mismo techo podría parecer complicada o incómoda, lo cierto es que compartir piso tiene muchos beneficios. Aquí vamos:

  • Aprovechas los recursos y los espacios: de paso, te insertas a las últimas ondas del ambiente: Coliving, consumo colaborativo y economía colaborativa.
  • Mejoras tu calidad de vida: puedes acceder a mejores pisos y a zonas más privilegiadas. Por ejemplo, compartiendo piso, podrías tener un espacio con terraza. Quizás, si no compartes, no podrías pagar un piso con este añadido, ¿verdad?
  • Compartes las tareas del hogar y algunas compras: ¿qué mejor que dividir las tareas domésticas y que te toque alguna semana que no tengas que lavar el baño o barrer la sala de estar?
  • Conoces gente: si convives con extranjeros, podrías conocer nuevas culturas y, de paso, ganas amigos de otras partes del mundo. Al terminar la convivencia, podrás seguir manteniendo contacto y visitarlos (a tus antiguos compañeros y sus países).
  • Un cuidador para tu mascota o tus plantas: si tienes mascotas o plantas y te vas de viaje… sobrevivirán a tu ausencia.
  • Desarrollas tolerancia, paciencia y empatía: eso siempre viene bien, ¿no?
  • No estás solo: al llegar a casa, después de un buen o mal día, tienes compañía, a quién contarle y quien te escuche. Además, pueden hacer planes de finde (ir de brunch o visitar un escape room) charlar, ver pelis o tomarse alguna que otra copa.
  • Es una experiencia de vida: una anécdota o como mínimo, una historia que contar. La experiencia te moldeará como ser humano. Madurarás. Eso tiene muchísimo valor y ¿quién te quita lo vivido?
  • Aprenderás: ya sea un remanso de paz o una odisea, el aprendizaje te servirá para tomar mejores decisiones en un futuro o estar más atento. Si te sale bien y llegas a vivir con extranjeros, incluso podrás aprender o practicar algún idioma, ¡gratis y sin salir de tu casa! Si eres un foodie, quizás te expongas a nuevas recetas y pruebes comidas diferentes de otros rincones del planeta.
  • Tienes ayuda: imagina que tienes algún problema con un electrodoméstico. Pueden compaginar horarios para manejar la situación. También, si te pasa algo o te enfermas, habrá alguien que te tienda una mano cuando te sientas que no puedes con tu vida. Recuerda que son las personas más cercanas a ti y podrán resolverte en un montón de situaciones.

Cómo encontrar y compartir piso

Cómo encontrar piso

Primer paso, investigar. Segundo, repetir. Tercero, tener claro cuáles son tus prioridades. Menos mal que puedes navegar por el mundo virtual y ver lugares en tiempo real desde la comodidad de tu hogar. Ya que tienes esa ventaja, sería genial que:

  • Busques piso por internet, según tu presupuesto. Investiga sobre las áreas mejor comunicadas, baratas y seguras. Además, fíjate si tienes cerca supermercados, hospitales, el centro de la ciudad y paradas de metro, tren o bus.
  • Intentes no quedarte con la primera opción. Compara, busca opiniones sobre la zona, lee sobre el lugar y estúdialo. El área en la que vivas influirá muchísimo en tu estado de ánimo. Un café, cine, librería o barcito cerca pueden hacer una gran diferencia en tu día.
  • Mires si el piso cuenta con lavadora, secadora, conexión a internet, aire acondicionado, calefacción (según el país), o si está amueblado. De esa forma, te haces una idea de lo que deberás llevar o comprar una vez estés allí.
  • Una vez tengas identificado el piso, lo visites si puedes. Ahí, ya verás el estado real y el tamaño del espacio.

Cómo elegir compañeros de piso

Para que evites enfrentarte a una escena de ‘Juegos del Hambre’, internet y las aplicaciones serán tus mejores aliadas. Hay una gran variedad de aplicaciones con match technology que funcionan como un Tinder. O sea, haces match con potenciales compañeros de piso, según tus gustos y personalidad. Sí, los algoritmos rigen nuestra vida y es probable que así aciertes en la convivencia. Y si no aciertan los algoritmos, al menos podrás enterarte si tus futuros compañeros están en la misma onda y si tienen algunas cosas en común. Bueno, también tendrás que espabilarte y aguzar tu intuición, que pocas veces falla.

Con las webs y las aplicaciones tienes un filtrado al alcance de un click. Puedes filtrar tu búsqueda según:

  • con quién quieres compartir: chicos, chicas o mixto
  • ocupación
  • fumadores
  • edad
  • mascotas
  • gustos
  • intereses

Muy conveniente, ¿no?

Oye, y no tienes que preocuparte por los stalkers con lo que compartimos el mundo. Muchas de estas apps verifican los perfiles de los usuarios y podrás comunicarte con tus potenciales compañeros a través de la misma aplicación sin tener que darle tu número a nadie. Además, te facilitan la vida porque algunas permiten reservar online.

Si haces tu reserva de piso a la distancia y sabes quién vive en el piso, intenta conectar con ellos. Si no, entrégate al factor sorpresa. También puedes llegar al lugar, visitar tus opciones favoritas y tomar una decisión, dependiendo lo que veas.

Tip Experto
¡Conoce la ciudad donde compartirás piso! Intenta alquilar un lugar donde dormir por unos días. No es hasta que estés allí que sentirás la vibra de la zona, hablarás con locales, te orientarás sobre precios y evaluarás los pros y los contras del piso que compartirás.

Puede pasarte que, durante tu búsqueda de piso, tengas que asistir a una serie de castings, cual si fueras actor de peli. Algunos propietarios e inquilinos querrán entrevistarte para valorar cómo percibes la convivencia y si congenias con los que ya habitan el piso.

Consejos para compartir piso

Ya encontraste piso y ya tienes compañeros… ¿ahora qué? En todos los reinos hay códigos de honor. Negocia e inventa con tus compañeros un código básico para la república independiente de tu piso. Aunque puede parecer una hipérbole, te ayudará a organizarte, así como a mantener orden y limpieza en los espacios comunes. Si eres arcaico, podrías diseñar un calendario para asignar tareas por días o semanas. Si eres techy, apps como Chorma, te ayudarán a dividir tareas y te harán la vida más relax.

En la medida que puedas, cumple con las tareas que te toquen. Somos humanos y hay veces que se te va a olvidar (y a tus compañeros) , ya sea por el ajetreo diario con los estudios, el trabajo o por infinidad de causas. En estos casos, comunícale a tus compañeros la situación y haz algún arreglo para compensar. La empatía, responsabilidad y comunicación son clave cuando compartimos espacios con otras personas.

No hay duda de que las fiestas hasta la madrugada pueden ser muy divertidas. Pero ¿verdad que no te gusta que jueguen con tus horas de sueño? Más aún, cuando tienes que mantener cara de estudiante o adulto responsable el próximo día. Entonces, respetar las horas de sueño de cada uno es ultra importante. Se trata de intentar no hacer lo que no te gustaría que te hicieran. Por más cliché que sea, no deja de ser cierto. Y, sobra decir que, con la comida del otro, no te metas.

Cuando tengas visitas, ¡infórmalo! Mira que quizás te gusta andar en ropas menores (o sin ellas) por tu casa. Si lo sabes de antemano, no te alarmarás cuando te levantes un día y veas un ‘extraño’ o ‘extraña’ saliendo de tu baño o sirviéndose algo en tu cocina. Ante todo, es ser considerado con el espacio personal y la privacidad de los demás para que la dinámica funcione. No es que pidas permiso, sino que lo comentes.

Aspectos legales

El lado técnico o legal de este proceso podría ser el más pesado. Es muy probable que durante el primer mes de alquiler te arranquen de la mano una cuantiosa suma de dinero porque es común pagarle al arrendador el mes corriente más una fianza. Se supone que te devuelvan esta fianza al final de tu estadía si el inmueble no sufre daños y lo devuelves tal y como lo encontraste.

Es recomendable que siempre tengas todo por escrito y hagas una pequeña investigación sobre la normativa del alquiler en el lugar que vayas a vivir. Así, evitas que te tomen de lo que no eres. Recuerda que Maquiavelo dijo que, ante la necesidad, “el que quiera engañar encontrará a quien le permita ser engañado”. Ojo avizor y muy alerta con las letras pequeñas para que tengas todos los puntos claros a nivel legal.

Verifica a nombre de quién está el contrato y qué implicaciones tiene eso. Además, que se reflejen detalles como la duración del contrato, el precio mensual que deberás abonar, a nombre de quién están los gastos y el método de pago. Si ves que algún mueble o electrodoméstico no está en buenas condiciones, notifícalo para que luego no haya sorpresas desagradables. Tener todo por escrito te dará ciertas garantías y tendrás con qué defenderte en caso de algún malentendido. Recuerda, si no está escrito, no existe.

Tip Experto
Haz fotos de tu habitación el día que llegues. Así tendrás evidencia del aspecto del dormitorio y del estado de los enseres.

Páginas y Apps para compartir piso

Páginas y apps para compartir piso

Aplicaciones para encontrar piso

De nuevo, las páginas web y las apps serán tus grandes camaradas a la hora de buscar piso. Gracias a los sabios algoritmos puede que te topes con personas que tienen, más o menos, los mismos gustos que tú. Con la tecnología ahorrarás tiempo, dinero y melodramas porque te facilitarán encontrar habitación y compañeros ideales.

Puedes hacer una búsqueda, como debe ser, y encontrar la web o aplicación que mejor funcione en la ciudad a la que vayas. Por ejemplo, Badi e Idealista son apps que te ayudan a conseguir piso en ciudades como Madrid y Barcelona. StreetEasy y Naked Apartments funcionan en la ciudad de Nueva York. Gumtree, en cambio, es la que más triunfa si lo que buscas es vivir en Australia.

Aplicaciones para dividir y compartir gastos

Hay otras apps de lo más útiles para usar durante la convivencia. Splitwise, Settle UpFairShare te ayudarán a ser un estratega militar y organizar tus finanzas. Igual, a compartir gastos de forma balanceada y estar al día con los pagos.

Perfiles de compañeros de piso

Hoy día, los perfiles de compañeros de piso son muy diversos: estudiantes, familias, propietarios, parejas, solteros, mayores de 40 años, jóvenes profesionales, personas mayores o retiradas; en fin, todo un universo de posibilidades.

Como en toda historia, puede que compartas tu piso con personajes memorables. Ya verás. Seguro que te topas con alguno de estos:

  • La Madre : la persona que te dice que tengas cuidado, te pregunta si llegaste bien, si comiste y te prepara un té cuando estás enfermo.
  • Maestro Limpio: obseso con que todo esté en perfecto orden y que todo brille.
  • Payaso: risas aseguradas. Todo lo toma a broma y siempre tiene un chiste. Todo lo que dice es gracioso.
  • Amargado: nunca le huelen ni las azucenas. Siempre protesta por todo y nunca tiene nada bueno que decir.
  • Yogi: llevadero y buena onda. Toma las cosas con mucha calma y nunca se nota con estrés. Nada le afecta tanto. Namasté.
  • Invisible: nunca lo ves.
  • Cultural: está a la última de cuanto evento haya en tu ciudad, por más pequeño que sea. Sabe las últimas tendencias alternativas de arte, libros y Netflix.
  • Positivo: usualmente es mañanero. Se levanta con una sonrisa. Te busca conversación cuando te topas con él a las 7 de la mañana y aún eres un zombie que no se ha integrado al mundo de los mortales. Parece un life coach.
  • Raro: raro, muy raro.
  • Moody: te tratará según su humor del día. Por eso, no sabes cuándo saludarlo y cuándo no.
  • Alma de la fiesta y bebedor: no se pierde ni un bautizo. Llega tarde y duerme por el día. Es un murciélago, ¿o búho?

Y tú, ¿eres alguno? ¿Compartirías piso con alguien como tú?

El mejor de los mundos posibles

Sí que es verdad que todo lo que implica compartir piso es toda una lotería, pero puede ser una súper experiencia de vida. Intenta dejar atrás tus expectativas y prejuicios. Nadie va a ser igual que tú ni tendrá exactamente tus mismos valores y esto no tiene por qué ser negativo. Más allá de las comodidades que tenga el piso, se trata de con quién convivirás en paz y armonía.

Si no te entusiasma la idea de compartir, piso pero tienes que hacerlo, dale una vuelta y sácale partido. No le tengas miedo a la convivencia y sal de tu zona de confort. Míralo como una aventura y lánzate. Puede ser ultra divertido y es algo que, como la piña colada, todos deberíamos probar alguna vez en la vida. Mira que, un compañero de piso puede llegar a ser mucho más que eso. Y, por fa, pon papel de baño cuando se acabe. El mundo te lo agradecerá.

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